miércoles, 30 de mayo de 2007

La dimensión humana de la navegación

Los encuentros de embarcaciones tradicionales son encuentros de personas. Existen desde hace siglos, pero han cambiado. Desde siempre, los pueblos comerciaron a través del mar, y el intercambio no era sólo de mercancías, también lo era de conocimientos sobre sus barcos. Esto permitió que todos aprendiesen de todos, adaptando esos conocimientos a las particularidades de cada localidad.

Este verano, del 5 al 8 de Julio, en Ferrol, tendrá lugar el Encuentro más importante de la Península Ibérica. Francia, Portugal e Irlanda mostrarán, también, sus tradiciones marítimas y fluviales en un acontecimiento que pretende otorgar un reconocimiento social al patrimonio cultural. Hace dos años se celebró en Cambados, con gran acogida entre los ciudadanos; y en esta ocasión se trata de una preparación para los encuentros de Brest, en Francia, donde Galicia será invitada de honor. Brest es el futuro, Ferrol el presente, y esto tiene sentido porque venimos de una tradición de Encuentros de otros años en Combarro, Rianxo o Arousa.

Los Encuentros son como una especie de atalaya desde donde se observan las diferencias locales de cada zona. Desde esta torre podemos conocer las costumbres de otros lugares y enriquecernos con ellas.

Hoy, la navegación tradicional tiene un sentido especial, pero distinto al que tenía antes, aunque no por ello menos interesante. Las dornas, hace siglos que ya se utilizaban para pescar. Su misión era la de llevar y traer de vuelta al pescador y a sus capturas. Con la llegada de los motores, las velas pasaron a un segundo plano, pero la dorna se recicló y se usaba con motor. El boom de las lanchas de poliéster desplazó a las dornas, que estaban a punto de desaparecer… hasta que surge la navegación relacionada con el disfrute y el deporte. Cada vez es más común ver a gente buscando dornas viejas para rehabilitar. Arreglar un juguete, arreglar una dorna, crea una sensación gratificante, de felicidad. Reconstruirla para darle utilidad, reconstruye también una emoción.

La naturaleza está presente en la navegación tradicional, devolviendo al hombre su dimensión humana y obligándole a interactuar con las fuerzas de la naturaleza.

Alba Blanco

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